Honrando a los Muertos

Mariposas de Difuntos

Queridos lector@s, 

Ya hace un mes que no os escribo, no me dirijo a vosotros, no actualizo contenidos del blog... lo sé, no está bien portarme así, sobre todo con aquellos que con cierta frecuencia me seguís. En mi defensa argumentaré que septiembre y octubre han sido dos meses de mucho trabajo, de puesta en marcha de nuevos proyectos, de renovación y de cambios. Son los meses propicios para ello y creo que casi todos experimentamos circunstancias similares. No obstante, jamás penséis que me olvido de este blog y de vosotros, simplemente intento ajustar su ritmo a mis propias circunstancias vitales. 

Como ya sabréis por el calendario, estamos próximos a dos días importantes, sobre todo para la tradición cristiana (Iglesias católica, anglicana, orientales, etc.). Estos días son el 1 de Noviembre, donde la Iglesia celebra una fiesta solemne en honor de "todos los beatos o santos" (de ahí su nombre) que están canonizados y no están canonizados, pero cuyas almas ya están en la presencia de Dios, y el 2 de Noviembre, el día de Conmemoración de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos, y en el que la Iglesia conmemora u honra a todos los fieles que acaban de fallecer o dejar la vida terrenal, pero que aún no pueden disfrutar de la presencia de Dios, porque se hayan purificando sus almas en el "Purgatorio". 

En España, y hasta hace no tantos años, estas dos jornadas eran días de nostalgia, ritos, recogimiento y costumbres. Hoy la "Fiesta de los Muertos" ha cambiado totalmente. La expansión o imposición de la cultura anglosajona como "modelo a seguir" sobre la española (y otras tantas culturas) y sobre todo la mercantilización de nuestras festividades, para inducir a la población al permanente consumo, están lentamente fagocitando a nuestra propia identidad, a nuestra tradición, a aquello que nos hace únicos y distintos del resto, pero que, al mismo tiempo, nos identifica como colectivo. 

A las dos circunstancias anteriores, hay que unirles la cada vez más marcada secularización de la sociedad y de la cultura española, la cual está promovida desde determinados grupos ideológicos y políticos. Esto está haciendo que algunas de nuestras fiestas, al estar relacionadas con la Iglesia católica, se identifiquen con lo antiguo, lo rancio, lo viejo, lo caduco, lo facha, lo antimoderno, etc., y que lamentablemente no se valoren en su justa medida y las despreciemos (o en el peor de los casos, las ignoremos!). Craso error estamos cometiendo y posiblemente en el futuro no podamos disfrutar nada de esto. 

Este nuevo panorama hace que la fiesta de Halloween o Noche de Brujas, las falsas calabazas, los disfraces de zombi o el "truco o trato" convivan actualmente, que no en armonía, con nuestras propias tradiciones, como por ejemplo la exhibición de reliquias en las iglesias, la oración y las misas a los difuntos, el arreglo y la ornamentación de tumbas en los cementerios, los escaparates llenos de ramos de flores, etc. Esta nueva cultura está llegando, incluso, a influir en nuestra comida. Si antes asociábamos a estos días los tradicionales "Huesos de Santos", ahora los grandes supermercados nos presentan caramelos, chuches, dulces, etc., envueltos en coloridos y vistosos plásticos de fantasmitas, murciélagos, telarañas o brujas. 

Es por todo ello que para celebrar estos días no os voy a proponer "ningún ritual" surgido de esa inclasificable mezcolanza cultural y religiosa que es la "New Age", sino que os voy a proponer que honréis a vuestros difuntos como siempre, o como vuestras respectivas culturas lo hacen tradicionalmente. Si sois de España coged un cuenco con agua, verted uno o dos dedos de aceite de oliva o girasol, y encended por cada uno de vuestros difuntos una "mariposa". Para aquellos que no sepáis lo que son las "mariposas", deciros que son lamparillas de aceite hechas con un trozo de corcho, un trazo de cartón y un pábilo. La mayoría seguramente las habréis visto en casa de vuestros padres, abuelos o tíos abuelos. A continuación, solo tenéis que rezarles, si sois creyentes, y si no lo sois, sentirlos con el corazón.

Un abrazo, 

Estrella.