Ritualización de la Baraja Española
En esta ocasión amig@s os traigo una forma muy original de ritualizar vuestras Barajas Españolas. También podéis ponerla en práctica con vuestros mazos de Tarot. Este ritual de consagración se aleja bastante del típico ritual hecho con velas, incienso, sal y agua. De hecho, para mí supone un ritual muy íntimo y personal, porque la Baraja Española se impregna de nuestra propias energías, la hacemos totalmente nuestra. Ya sabéis que la consagración o ritualización de la Baraja Española o cualquier mazo de Tarot es algo muy personal y el ritual en sí tiene que resonar con nuestras creencias personales, por eso quizá este ritual que os propongo hoy no sea del agrado de todos vosotros. Yo lo conocí a través del libro "El Arte de Adivinar con la Baraja Española" de la autora Carmen Díaz Fernández. Es un libro que recomiendo encarecidamente a todos aquellos que os estéis iniciando en el mundo de la Baraja Española y también a aquellos que ya tengáis ciertos conocimientos, porque es un libro muy pedagógico y fácil de consultar.
¿Qué elementos debemos tener para hacer el ritual?
- Un vaso de agua.
- Una cucharada de sal.
- Cinco monedas.
- Una flor natural.
¿Cómo lo realizamos?
Primero tenemos que elegir un día de cualquier mes que coincida con el día de nuestro nacimiento. En la mañana de ese día, meteremos debajo de nuestro almohada la Baraja Española que queramos consagrar, y junto a nuestra cama, por ejemplo en la mesita de noche, colocamos un vaso de agua con una cucharadita de sal, cinco monedas alrededor del vaso y una flor natural. Al la mañana siguiente, nada más levantarnos colocaremos la Baraja Española encima del vaso y la dejaremos así otro día más. Pasado ese día, el agua del vaso la verteremos en una esquina de nuestra calle, una moneda se la entregaremos a un pobre, otra a un familiar que comparta con nosotros lazos de sangre, otra a nuestra pareja o a un amigo, otra la guardaremos con la propia baraja y la última la tiraremos a una corriente de agua, como por ejemplo un río o el mar, y en caso de no tener cerca ni río ni mar, la podemos dejar en la montaña. Cuando las cartas envejezcan por el uso podemos guardarlas o bien quemarlas en la Noche de San Juan. Espero que lo pongáis en práctica. Un cordial saludo amig@s.
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